Con profunda gratitud y esperanza, nuestra comunidad universitaria se une en oración con la Iglesia por el eterno descanso de nuestro querido Papa Francisco, quien deja tras de sí una huella indeleble en la Iglesia Católica y en millones de corazones alrededor del mundo. En este año tan significativo, donde la Iglesia vive un Jubileo y la Universidad Anáhuac Cancún celebra 25 años de existencia, la partida del pontífice argentino resuena con especial intensidad.
Nacido como Jorge Mario Bergoglio el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, el Papa Francisco fue el primer pontífice latinoamericano y jesuita en la historia de la Iglesia. Desde su elección en marzo de 2013, su papado se distinguió por una profunda humildad, una incansable dedicación a los más necesitados y una visión renovada de una Iglesia abierta, cercana y comprometida con el presente.
Uno de los pilares fundamentales de su ministerio fue la juventud. El Papa Francisco fue un pastor cercano a los jóvenes, especialmente a través de encuentros como la Jornada Mundial de la Juventud, donde dejó mensajes que marcaron generaciones. Uno de los más emblemáticos: “Hagan lío, salgan a las calles. Quiero lío en las diócesis. Quiero que la Iglesia salga a la calle”, llamó a los jóvenes a no ser espectadores pasivos, sino protagonistas del cambio con fe, creatividad y esperanza. Su lenguaje sencillo, directo y humano lo convirtió en una figura querida incluso entre quienes no profesaban la fe católica.
En el ámbito educativo, el Papa Francisco fue un defensor apasionado de renovar el compromiso de formar personas abiertas, solidarias y comprometidas con la transformación del mundo. Reiteradamente insistió en que “la educación es un acto de esperanza”, y animó a maestros y académicos a ser guías de la libertad, la conciencia crítica y la fe activa.
Para la Universidad Anáhuac Cancún, el Papa Francisco no solo fue una figura espiritual, sino un pastor cuya guía y enseñanza marcó el rumbo de nuestro quehacer educativo como universidad católica, como lo demuestra su mensaje y bendición a nuestra comunidad dado a través de nuestro rector el P. Jesús Quirce Andres, L.C. durante un encuentro con rectores de universidades católicas en donde expresó un mensaje claro para los líderes educativos de la Iglesia Católica:
“Transmítan a los maestros que son maestros de una universidad católica. Su tarea no es solo formar mentes, sino también corazones y manos católicas. Abran a los jóvenes a la visión de los misterios de Cristo, no excluyan a ninguno. Cada alumno de las escuelas católicas, y en especial de las universidades, debe ser formado para ser un líder de acción positiva, un coreógrafo y un poeta social que transforme su comunidad”.
Estas palabras resuenan hoy con más fuerza que nunca en el campus internacional Universidad Anáhuac Cancún, que se compromete a seguir promoviendo el liderazgo de acción positiva como parte esencial de su misión institucional. La figura del Papa Francisco no fue solo la de un pontífice carismático, sino la de un sembrador de esperanza, de diálogo, de justicia y de inclusión.
Su legado será recordado como el de un líder que humanizó el papado, que rompió barreras y tendió puentes entre culturas, generaciones y credos. Hoy, mientras la Iglesia universal lo despide con oración y gratitud, la Universidad Anáhuac Cancún se une con esperanza para celebrar su vida y legado y continuar formando líderes que transformen a la sociedad a través de sus acciones. Porque su mensaje perdurará en las aulas y corazones de quienes creen que otro mundo, más humano y más fraterno, es posible haciendo vida la exhortación de San Pablo “Vence al mal con el bien”.
